La Baronesa Frambuesa es
singular, pero sobre todo rica, desocupada, y de otro
mundo: el suyo. Su principal, y yo diría única ocupación, es
recibir en casa: día si, día también. Bien sea para el almuerzo,
merienda o cena (según yo), lunch, tea or dinner (según ella).
Pese a lo que pudiera
parecer, tampoco es que tire la casa por la ventana, no nos
engañemos. No diré yo que sea rácana, pero vamos... espléndida
tampoco. Me he dado cuenta que tiene una larga lista de platos low
cost (a pesar de su perfecto inglés, éste concepto no termina de comprenderlo), con los que agasaja
sin gastar mucho, y que parecen más de lo que realmente son. En
su opinión, servir gran cantidad de comida es ¡cómo no!, una
ordinariez, palabra ésta que maneja en varios idiomas.
En el fondo creo que
piensa que, gozar de su compañía ya es todo un honor para sus
invitados... Con ésto y una buena vajilla (service de table, sic) lo
soluciona todo. En este punto hay que reconocer que su colección es, sencillamente, sobresaliente. En los armarios de su office (tamaño mi
piso), atesora, perfectamente ordenadas y veneradas como reliquias de
santos, una colección de vajillas que utiliza (según creo)
dependiendo del día que tenga, la comida elegida, y lo mucho que quiera impresionar.
Habla de ellas como si fueran hijos, explicando su procedencia con
deleite, todas tienen historia y, desde luego, escudos varios,
monogramas, coronas...
Uno de esos platos, que
ella sirve sobre fuentes exquisitas (y carísimas!) es este plato tan
sencillo y barato, el pastel de puerros. Fácil de preparar, sabroso y
práctico, se puede elaborar y congelar, teniéndolo siempre a mano
para imprevistos.
Como no tengo escudo de
armas ni corona , he decidido adoptar esta rana como mi escudo.
INGREDIENTES (*)
hojaldre(*)
ajo puerro
harina
leche
sal
nuez moscada
1º Picamos muy finamente
(brunoise) los puerros, sólo la parte blanca. Los colocamos en un
bol y lo llevamos al microondas con tres cucharadas de agua por
espacio de 3 minutos, sacamos y dejamos reposar tapado cinco o diez
minutos aproximadamente. Escurrimos sobre un colador porque habrán
soltado agua. Ésto lo hacemos para que el puerro se cocine y el
tercer paso sea más rápido
2º En una olla colocamos
los puerros a fuego bajo, para que pierdan el exceso de agua,
aproximadamente unos 5 minutos, con cuidado, no deben quemarse ni
coger color
3º Añadimos al puerro
mantequilla y dejamos que se vaya haciendo. Si omitimos el paso 1,
tendremos que tenerlo al fuego hasta que se cocine, mucho más
tiempo, de esta manera lo haremos más rápido
4º Añadimos harina al
puerro, mezclamos bien y seguimos el procedimiento de una bechamel
clásica. Cocinamos un par de minutos para evitar que la bechamel
tenga sabor a harina cruda. Vamos añadiendo la leche caliente por
tandas, sin dejar de remover con varilla manual, hasta adquirir la
consistencia deseada. Añadimos sal y ralladura de nuez moscada al
gusto. Retiramos una vez cocida y dejamos enfriar
5º Extendemos una capa
de hojaldre, del tamaño y forma preferidos, añadimos una capa de
crema de puerro y cubrimos con otra plancha de hojaldre. Sellamos
bien los bordes, pintamos con huevo batido, y horneamos a 200º entre 25-30 minutos, dependerá del tamaño.
(*) No he puesto aquí la cantidad exacta de los ingredientes, ésta es una de esas recetas que
haces “a ojo”, porque dependerá de la cantidad de puerro
utilizada. Como orientación, con 3 puerros de buen tamaño,
obtendremos una crema suficiente para aproximadamente unos 10
pasteles individuales. Debe quedar una bechamel ligera con puerro, no
puerros envueltos en un “poco” de bechamel.
La norma básica para
realizar la bechamel es misma cantidad de mantequilla que de harina,
en este caso no se cumple, la cantidad de harina será inferior a la
de mantequilla. La cantidad de leche iremos viéndola a medida que
vayamos cociendo la crema, deberá quedar ligera, no excesivamente
espesa.
Como realmente es el
mismo trabajo para 2 pasteles que para 10, yo aprovecho y hago
siempre más cantidad. Se puede congelar la crema de puerro en
raciones o, ya dejar preparados los pasteles listos para hornear.
(*) Utilizo hojaldre
congelado o refrigerado. Si voy a congelar los pasteles ya
preparados, utilizo el segundo ya que admite congelación. En
ocasiones especiales también lo he encargado en alguna pastelería u
obrador, la diferencia de precio con los industriales es importante.
Actualmente, rara vez lo elaboro en casa, el trabajo y el tiempo que
lleva es mucho. Hay hojaldres en los supermercados que resultan muy
bien y quitan trabajo; si es cierto que no todos funcionan igual, los
hay excesivamente grasientos y otros excesivamente secos, hay que ir
probando marcas.
Por último, no olvidar que el hojaldre "quiere" frío, por tanto, no hacer los pasteles cuando la crema esta aún caliente y, una vez hechos, mantener en el frigo hasta el horneado.
Perfecto Sq
ResponderEliminarAunque con mucho retraso: mil gracias
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