Los italianos son
increíbles vendiendo lo suyo: zapatos, coches, ropa, aceites,
bolsos, muebles, ellos mismos... (qué peligro!)... en fin, cualquier cosa
con marca Italia. No es de extrañar que su gastronomía llegue a
todos los rincones, se extienda por todas partes y guste a casi todo
el mundo. Uno de las especialidades más conocidas es el tiramisú ,
un postre muy muy fácil, y al alcance de todos, aunque no tengamos ninguna
habilidad en la cocina. El que solemos preparar (tiramisú clásico) y esta presente en
cualquier restaurante italiano, lleva café y cacao; es
verdad que, como cualquier plato, el resultado varía mucho de unos
sitios a otros. Yo creo que el quid del asunto está fundamentalmente
en la calidad del mascarpone que se utilice.
Siempre pensé que era un
postre muy antiguo, sin embargo, según BF, su origen está en
los años 50, en la zona del Veneto. No sé si es cierta o inventada,
pero nos ha contado una historia, bastante alucinante, según la
cual, su origen estaría en los locales de dudosa reputación... yo
jamás lo habría imaginado. Originalmente no llevaría mascarpone,
ni tampoco nata, pero con el tiempo se han ido añadiendo
ingredientes y apareciendo diferentes versiones. El de fresa pudo
surgir para darle un toque fresco, utilizar las fresas en temporada
y sobre todo para los niños.
Para la Baronesa Frambuesa pocas
cosas hay tan maravillosas como el tiramisú de fresa. En su opinión, Roma merece la pena aunque sólo sea por probar “il tiramisù alle
fragole di Pompi” (?), aclaro que, cuando habla de ciudades, casi
siempre se refiere a ellas en términos gastronómicos. Su valoración
depende más del número de pastelerías y especialidades que tengan,
que del número de museos o monumentos del lugar!!! Siguiendo sus
indicaciones preparamos un tiramisú de fresa, ya que no podemos
visitar Pompi, disfrutemos de esta variante de un postre muy muy
fácil y muy muy rápido.
INGREDIENTES:
700 gr. de fresas(*)
250 gr de mascarpone(*)
2 huevos
2+3 cucharadas soperas de azúcar
(*)
12 bizcochos de soletilla (*)
2 cucharadas soperas de sirope de
fresa de calidad
3 cucharadas de Cointreau, o licor de fresa (uno de ellos, no los dos)
ELABORACIÓN:
1º Colocamos las fresas
lavadas en un bol, añadimos 2 cucharadas soperas de azúcar y 3
cucharadas soperas de buen vinagre de Módena o, si no tenemos, el zumo de medio
limón. Rompemos las fresas utilizando un tenedor hasta deshacerlas
irregularmente, tapamos con film, llevamos al frigo y dejamos
macerar, para que suelten el jugo. Si tenemos tiempo unas horas, si ésto no es
posible, el tiempo de que dispongamos
2º Separamos las yemas
de las claras. Batimos las primeras con 2 cucharadas soperas de
azúcar, hasta que hayan triplicado su volumen
3º Añadimos a las yemas
el mascarpone y mezclamos bien
4º Batimos las claras a
punto de nieve con una cucharada sopera de azúcar, no deben quedar
excesivamente duras, sólo subirlas y que queden esponjosas, sin
llegar a merengue. Añadimos a la crema
5º Colamos las fresas
que han estado macerando, y recogemos el líquido de la maceración
6º En copas individuales
o en una fuente grande de cristal montamos el tiramisú. Colocamos en
el fondo una capa de bizcochos y bañamos bien con el jugo de la
maceración,
podemos añadirle alguno de los licores
7º Sobre los bizcochos, extendemos una capa de la crema de mascarpone. Sobre ésta una capa de
fresas. Seguimos formando capas hasta acabar los ingredientes. La
última capa será de crema de mascarpone
8º Decorar al gusto, con
fresas, hilos de sirope, etc.
9º Dejar en el
frigorífico hasta que vayamos a consumirlo, no olvidar que lleva
huevo crudo. Esta mejor de un día para otro, cuando todos los
sabores están asentados
(*) Lo ideal sería
encontrar fresas de esas que huelen y saben a fresas “de verdad”,
pero no siempre es posible, la maceración ayuda a darles más sabor
(*) Imprescindible: el mascarpone debe ser de calidad, en algunos sitios encontramos
mascarpone más barato, de segundas marcas o “marcas blancas”, no
funciona. El ahorro no compensa, el resultado final en nada se parece al sabor del auténtico tiramisú.
(*) La cantidad de azúcar
es muy personal, a algunos puede pareceros muy poca. Personalmente
prefiero que no sea excesivamente dulce, ya que los bizcochos y las
fresas llevan azúcar, añado sólo 5 cucharadas, pero cada uno
encontrará el punto que prefiera.
(*) Los bizcochos de
soletilla (en origen savoiardi) deberían ser lo más ligeros posibles, y con
la mínima cantidad de azúcar por encima. Yo he utilizado unos muy
ligeros (17 gr. cada uno), son anchos, bastante planos y tienen
muy poco azúcar por encima. La cantidad es aproximada.
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