Sobre gustos no hay nada escrito...o eso se dice. Falso, según la Baronesa Frambuesa, hay escrito ¡y mucho!... En este punto, conviene aclararle que hablamos de gustos por la comida, antes de que se vuelva tremendamente intransigente y dogmática: esto sí, aquello no, lo otro jamás, lo de más allá en ciertas ocasiones... ¡en fin!. Lo bueno del asunto (si se puede decir así) es que le sale natural, nada tiene que pensar, sin esfuerzo ninguno; ni siquiera resulta ofensivo, aunque en ocasiones puede ser muy gráfica en sus valoraciones (demasiado).
En cualquier caso y aclarado que hablamos de comida, nada hay más cierto que el dicho. Cada cual tiene sus preferencias (afortunadamente). Lo que para uno es una exquisitez para otro puede resultar incluso repugnante. Tratándose de bizcochos (o cakes, según lo cursi que tengamos el día), ocurre igual. Algunos quieren bizcochos secos y compactos, de esos que hay que mojar para que pasen. La Baronesa frambuesa los detesta. Quizá sea porque eso de mojar en la taza es para ella, uno de los mayores atentados al buen gusto (no hay que tomárselo en cuenta, ya digo... es su natural). Famosa es la anécdota según la cual, el rey Alfonso XIII, cuando quería provocar a la reina Victoria Eugenia de estrictos modales ingleses, mojaba en la taza todo lo que aparecía en la mesa a la hora del té.
La única excepción son los churros (que una cosa es ser estricta y otra, bien distinta, cursi), pero el resto es , según ella, una provocación. No digamos ya, cuando en un alarde de "elegancia", se utiliza el tenedor para pinchar el trozo y mojarlo en la taza... no vamos a negar que a veces, tiene razón en ponerse talibán, la verdad. Con este bizcocho no habrá riesgo. Es un bizcocho súper jugoso, súper esponjoso y ligero, de esos que se deshacen en la boca sin necesidad de provocar a una Baronesa
INGREDIENTES:
3 huevos grandes
200 gr de mantequilla
230 gr de azúcar
Vainilla
200 gr de harina
30 gr de cacao
Una cucharada sopera de levadura Royal
Una cuarta parte de una cucharilla de café de bicarbonato
½ vaso de leche + ¼ de vaso de licor (brandy, Baylies, etc)
2 peras
ELABORACIÓN:
1º Forramos un molde con papel de horno. Colocamos unas láminas de pera alrededor
2º Separamos las yemas de las claras. Batimos a punto de nieve y reservamos
3º Batimos la mantequilla a temperatura ambiente, hasta que doble su volumen.
Añadimos las yemas y batimos con las varillas.
Añadimos el azúcar , abrimos una vaina de vainilla raspamos con el cuchillo y lo echamos a la mezcla. (si no tenemos servirá una cucharada de esencia de vainilla) , seguimos batiendo bien.
4º Cortamos la pera en cuadrados pequeños y añadimos a la crema
5º Mezclamos harina, cacao, levadura y bicarbonato
6º Añadimos la mezcla de harina (tamizada ) en tres veces y el liquido en dos, mezclando muy bien después de añadir cada parte. Hacemos: harina-liquido-harina-liquido-harina
7º Finalmente añadimos las claras a punto de nieve
8º Cocemos en el horno, precalentado durante media hora a 200 grados; dejamos 15 minutos más a 170-180. Pinchamos y si sale limpio el tester, o el palillo está listo
Este es un bizcocho muy húmedo y súper esponjoso y ligero, de los que casi se deshacen. Las claras batidas que introducen aire en la preparación, el batido de todos los ingredientes y la mezcla de levadura y bicarbonato hace que suba y quede muy muy ligero. El bicarbonato siempre se ha usado como gasificante en pastelería. Es muy efectivo pero, en mi opinión, si nos pasamos de cantidad, el bizcocho puede tener un cierto regusto , mejor mezclarlo con la levadura de siempre.
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