Es mejor comprar la fruta confitada que hacerla en casa. Cuando la haces en casa y compruebas la cantidad de azúcar que se necesita, el remordimiento te impide probarla. Por eso, la Baronesa Frambuesa nunca confita naranjas (sus favoritas), las compra, directamente... y las devora, a tal velocidad, que su "tendero gourmet" está a punto de ponerle una placa a la entrada del establecimiento. Ya se sabe ojos que no ven... cadera que se multiplica. Con todo, hoy, con media docena de mandarinas, se ha lanzado a confitar, más que nada, para adornar tartas. Promete no probarlas, eso o Brasil la nombrará embajadora honoraria de sus azucareras... ¡Dios no lo quiera!
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INGREDIENTES:
5 mandarinas
agua y sal
1 vaso de azúcar
1 vaso y medio de agua
El procedimiento es sencillo, requiere un par de días , por los tiempos de espera, pero el tiempo real de trabajo es mínimo. Aun así, personalmente creo que no compensa, se consigue fruta confitada de excelente calidad... y no sufriremos tanto pensando en el azúcar!
1º Cortamos las mandarinas con un grosor de aprox 1 cm. Yo he utilizado mandarinas "bombón" y he sacado 5 rodajas de cada una. Además he utilizado otra entera, que he pinchado con un palillo.
2º Cubrimos con agua y un poco de sal y ponemos a hervir. Mantenemos cinco minutos , retiramos y tiramos el agua utilizada. De esta manera se quitará el amargor de la piel
3º Llevamos a fuego con un vaso de azúcar y el agua . Cocemos aprox 20 minutos a fuego suave. Retiramos y tapamos. Dejamos macerar 12 horas
4º Cocemos de nuevo, tapamos y dejamos reposar, hasta el día siguiente..
5º Repetimos la operación por tercera vez. Dejamos enfriar y sacamos.
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