A la Baronesa Frambuesa le encanta la cecina española, en ésto no escatima elogios. Aunque dice que le recuerda a la “Bündnerfleisch” o “viande des Grisons” suiza y al “bresi” francés, prefiere, con diferencia, nuestra cecina. También le recuerda a la “bresaola” italiana, en esto, no voy a entrar. Todo lo italiano le entusiasma, y si seguimos por el camino de la bresaola y sus comparaciones, acabaremos mal…
Le encanta el sabor de la cecina muy finamente cortada. Además, siendo pura proteína y sin grasas, es
perfecto para mantener su línea (sic), lo que sería muy cierto, si después no
rematara el almuerzo con tropecientas calorías, en forma de dulces. En
cualquier caso, tanto elogio sobre nuestro producto, merece una buena cecina
para iniciar la cena, el almuerzo, o el tapeo.
INGREDIENTES:
15 lonchas muy finas
de cecina (*)
-para la mousse de queso
de cabra-
200 gr. de queso de
cabra (*)
20 cl. de nata
Sal y pimienta
ELABORACIÓN:
1º Aplastamos el queso de cabra
con un tenedor añadiendo dos cucharadas de nata
2º Montamos la nata muy firme con
las varillas
3º Añadimos la nata al queso, con
cuidado de no bajar la nata. Añadimos sal y pimienta, probando la preparación.
Dejamos en el frigo. Conviene realizar la mousse con antelación
4º Sobre las lonchas extendemos
la mousse, mejor con ayuda de una boquilla de pastelería, y enrollamos con cuidado, dándole
forma de rulo, o canutillo
(*) Debe ser una cecina de
calidad, en su justo punto de curación, con un color sonrosado. Debemos elegir una pieza
rectangular de buen tamaño, que permita obtener lonchas finas y muy regulares. De no ser
así, debemos cortar los bordes de las lonchas hasta darles la forma adecuada.
(*) Utilizo rulos de queso de cabra sin corteza, a la venta en muchos supermercados.
(*) Utilizo rulos de queso de cabra sin corteza, a la venta en muchos supermercados.
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