La Navidad está ya a la vuelta de la esquina. La Baronesa Frambuesa, amante de la tradición, la fiesta, los adornos, las reuniones, el color, la luz... y el buen comer, ya ha comenzado con los preparativos. Ella tiene claro que, en esta época, son imprescindibles los pequeños detalles, esos que lo transforman todo. Así cualquier plato, por simple que sea, con un pequeño toque, adquiere ese aire navideño que lo convierte en especial, da igual que haya estado en el menú todos los meses del año. Espabilada como es, no pierde el tiempo, ni se gasta un dineral.
Para prepararlos, no necesitaremos más que chocolate de cobertura y un sencillo molde. Éste, por poco más de 4 euros, lo hemos encontrado en Tiger, pero supongo que lo habrá en otras tiendas. El chocolate, tampoco es imprescindible que sea de primerísima calidad , ni con un 70% de cacao, sin complicaciones gourmet. He utilizado tabletas de fondant de Día, por 1 euro tendremos 2 árbolitos listos para decorar y para caer en manos de los más golosos...
2. Rellenamos los moldes, con un grosor no demasiado fino o, de lo contrario, será más fácil que se rompan. Extendemos uniformemente el chocolate, sin que quede irregular. Los llevamos al congelador (¡oh, sacrilegio!!), para que endurezcan bien. Una vez perfectamente endurecidos, los colocamos sobre la encimera, con el molde hacia arriba, y vamos despegando la silicona con cuidado, por los bordes. Una vez rotos los dos primeros (casi seguro), los siguientes se desmoldarán perfectamente
3. Encajamos las dos piezas y los dejamos en el frigo. Puede ocurrir que al principio no encajen muy bien, con pasar, suavemente, un cuchillo por los bordes estará solucionado
4. A la hora de utilizarlos, salpicamos con azúcar glass. También podemos "pegar" con chocolate trocitos de fruta escarchada, piñones, almendras, pasas... y ... ¡listo!
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